El venezolano de a pie, al
momento de adquirir sus productos se veía ante distintas alternativas, ofertas
de mercado que favorecían o desfavorecían su bolsillo, o al menos, eso era
fácil evidenciarlo anteriormente. Anaqueles repletos de aquellos productos que
generaban nuestra satisfacción, distintas opciones de compras y con indecisión solo
por saber si un producto era más rendidor y efectivo que el otro.
Sí, por un momento, al comenzar a leer, nos vemos en ese panorama de aquellos años en el que nuestra única preocupación era el precio, e indudablemente habrá quienes digan: ¡Oh, en lo que hemos caído!
Hoy la realidad es otra, muy distinta por cierto, ya no hay chance de mirar el precio, ahora la preocupación no es la marca, ni lo efectivo, ni lo rendidor, se trata solo de conseguir lo deseado, de llegar a la caja a cancelar victorioso con tu fruto en la mano. Por supuesto, luego de haber estado por horas en una cola que veías interminable y sin parar de gritar: “Epale no se colee que yo voy primero”.
En el primer informe realizado este año por el Banco Central de Venezuela, el índice de escasez alcanzó un tope histórico al ubicarse en 28%. El indicador específico de escasez de alimentos básicos pasó de 28,3% en diciembre del año pasado a 26,2% en enero; lo cual representa un mejor "abastecimiento" de estos rubros, específicamente harina, leche, aceite y azúcar.
Si según las cifras del BCV la escasez de diciembre del año 2013 hasta lo que va de año ha disminuido en 2,1% en lo que a alimentos se refiere, entonces: ¿por qué cada vez al ciudadano se le dificulta mas conseguir los productos? .. No será que esas cifras son maquilladas para no reflejar la crisis? A mi parecer, Nelson Merentes no toma en cuenta que el desabastecimiento no solo se refleja a través de cifras sino en largas colas y en estantes vacíos.
Al dejar de lado la posibilidad de que disfracen las cifras, sería conveniente también evaluar si más que escasez sea una “mala costumbre” adoptada por el venezolano en los últimos meses, de comprar los bienes sin necesidad, solo por el afán de hacer la cola y acaparar. Por cierto, hablando del acaparamiento, no podemos olvidar a aquellos especuladores que se aprovechan de la situación y para sacar provecho venden el doble de lo justo.
Es importante mencionar, que la semana pasada el Presidente del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas), Oscar Meza, informó que la canasta alimentaria básica en el mes de febrero se ubicó en 8.940,93, mas aumento menos posibilidades de obtener los productos o al menos no en cantidades suficientes.
Trabajos paralelos
Como dijeran por ahí, quien no la hace de entrada, la hace en la salida y sí, hay personas que a través de la escasez de los alimentos han sabido aprovechar muy bien este refrán. En lugares como Ciudad Bolívar la creatividad de los habitantes les ha permitido generar negocios paralelos, alquiler de sillas a personas que estén en la cola, venta de bolsas, y hasta ofrecen a los compradores vigilancia externa de los productos antes adquiridos.
El Ejecutivo nacional en reiteradas oportunidades ha fijado posición tras el anuncio de acabar con el capital especulativo y la guerra económica que atraviesa el país. A finales del mes de enero la Ministra de Desarrollo productivo Ana Teresa Morales informó que para evitar que exista escasez y suban los precios de los productos en el mercado interno a causa de las lluvias, el gobierno prevé la importación de alimentos a través de Insumos Bolivia (IB). En el caso de los productos más importantes como son: Maíz, arroz, azúcar, la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (EMAPA) tiene reservas.
Durante años, el gobierno de turno ha responsabilizado a la llamada cuarta República de los desvaríos de su gestión, encargándose de remover una y otra vez el pasado, será que el desabastecimiento actual también es culpa de la cuarta? o quizás en un tiempo no muy lejano, mientras el pueblo hace la cola para comprar,al mandatario le dé por asumir que hay una gestión que se escapó de sus manos reflejada en unos anaqueles llenos pero de polvo. Como siempre, con el respeto que ustedes se merecen, les dejo la interrogante para que saquen sus propias conclusiones.
CARLOS BRICEÑO
Comunicación Social
Sí, por un momento, al comenzar a leer, nos vemos en ese panorama de aquellos años en el que nuestra única preocupación era el precio, e indudablemente habrá quienes digan: ¡Oh, en lo que hemos caído!
Hoy la realidad es otra, muy distinta por cierto, ya no hay chance de mirar el precio, ahora la preocupación no es la marca, ni lo efectivo, ni lo rendidor, se trata solo de conseguir lo deseado, de llegar a la caja a cancelar victorioso con tu fruto en la mano. Por supuesto, luego de haber estado por horas en una cola que veías interminable y sin parar de gritar: “Epale no se colee que yo voy primero”.
En el primer informe realizado este año por el Banco Central de Venezuela, el índice de escasez alcanzó un tope histórico al ubicarse en 28%. El indicador específico de escasez de alimentos básicos pasó de 28,3% en diciembre del año pasado a 26,2% en enero; lo cual representa un mejor "abastecimiento" de estos rubros, específicamente harina, leche, aceite y azúcar.
Si según las cifras del BCV la escasez de diciembre del año 2013 hasta lo que va de año ha disminuido en 2,1% en lo que a alimentos se refiere, entonces: ¿por qué cada vez al ciudadano se le dificulta mas conseguir los productos? .. No será que esas cifras son maquilladas para no reflejar la crisis? A mi parecer, Nelson Merentes no toma en cuenta que el desabastecimiento no solo se refleja a través de cifras sino en largas colas y en estantes vacíos.
Al dejar de lado la posibilidad de que disfracen las cifras, sería conveniente también evaluar si más que escasez sea una “mala costumbre” adoptada por el venezolano en los últimos meses, de comprar los bienes sin necesidad, solo por el afán de hacer la cola y acaparar. Por cierto, hablando del acaparamiento, no podemos olvidar a aquellos especuladores que se aprovechan de la situación y para sacar provecho venden el doble de lo justo.
Es importante mencionar, que la semana pasada el Presidente del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas), Oscar Meza, informó que la canasta alimentaria básica en el mes de febrero se ubicó en 8.940,93, mas aumento menos posibilidades de obtener los productos o al menos no en cantidades suficientes.
Trabajos paralelos
Como dijeran por ahí, quien no la hace de entrada, la hace en la salida y sí, hay personas que a través de la escasez de los alimentos han sabido aprovechar muy bien este refrán. En lugares como Ciudad Bolívar la creatividad de los habitantes les ha permitido generar negocios paralelos, alquiler de sillas a personas que estén en la cola, venta de bolsas, y hasta ofrecen a los compradores vigilancia externa de los productos antes adquiridos.
El Ejecutivo nacional en reiteradas oportunidades ha fijado posición tras el anuncio de acabar con el capital especulativo y la guerra económica que atraviesa el país. A finales del mes de enero la Ministra de Desarrollo productivo Ana Teresa Morales informó que para evitar que exista escasez y suban los precios de los productos en el mercado interno a causa de las lluvias, el gobierno prevé la importación de alimentos a través de Insumos Bolivia (IB). En el caso de los productos más importantes como son: Maíz, arroz, azúcar, la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (EMAPA) tiene reservas.
Durante años, el gobierno de turno ha responsabilizado a la llamada cuarta República de los desvaríos de su gestión, encargándose de remover una y otra vez el pasado, será que el desabastecimiento actual también es culpa de la cuarta? o quizás en un tiempo no muy lejano, mientras el pueblo hace la cola para comprar,al mandatario le dé por asumir que hay una gestión que se escapó de sus manos reflejada en unos anaqueles llenos pero de polvo. Como siempre, con el respeto que ustedes se merecen, les dejo la interrogante para que saquen sus propias conclusiones.
CARLOS BRICEÑO
Comunicación Social
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