“Pero
es que los Carnavales son la alegría del pueblo, si claro, hay que pensar en el
pueblo”, exclama desde la silla presidencial.
Los
carnavales son la temporada de visitar las playas, lucir los mejores disfraces
y por supuesto, todo esto, sin olvidar el compartir entre amigos y familiares.
Cuando pensábamos que factores económicos como: La inflación, el
desabastecimiento y los altos costos de la vida sacrificarían el bronceado de algunos temporadistas; el mandatario nacional apuntó en la mente y le dio en el blanco del venezolano.
Los venezolanos este año, han tomado rutas más
cortas para los carnavales. Apostándose en el asfalto de sus comunidades, llevando con ellos, en vez
de protector solar, pancartas en señal de protesta.
El
12 de febrero, día de la juventud, el movimiento estudiantil venezolano decidió
salir a las calles de manera pacífica, para exigir al presidente Nicolás Maduro
la renuncia, debido a que muchos consideran que ha sido ineficiente en su
gestión, lo que dejo a libre criterio, pero lo que me permite cambiar el
refrán: “Para muestra un colon”.
No
son precisamente las colas para adquirir los productos el único
factor que refleja la incapacidad que ha tenido este Gobierno, la muestra de
ello es que Venezuela es uno de los países con mayor inseguridad en América
Latina. Según datos del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), 2013 fue el
año en el que se registraron más cantidad de homicidios (24.763; unas 79 por
cada 100 mil habitantes) y aunque el Ejecutivo desmintió las cifras arrojadas,
la realidad es la certificación de tales estadísticas.
En
el caso del 12F, lo que comenzó como una protesta pacífica terminó
desencadenando actos de violencia en todo el país, enfrentamientos entre
estudiantes y funcionarios policiales, que ahora tiene como resultado la muerte
de varios venezolanos.
Hoy
siguen las protestas, hoy el estudiantado se mantiene firme en nombre de los
caídos y de sus compañeros detenidos. Ante eso el Presidente propone celebrar
unos carnavales, lo que me permite preguntar: Acaso ¿Hay algo que celebrar en medio de tanta desgracia?
Será
que Maduro no está consciente que mientras él pretende que el país se vista de
fiesta, en las calles las detonaciones son incesantes, en especial por parte de
funcionarios, quienes en vez de cumplir su labor y resguardar la seguridad de los
venezolanos arremeten contra éstos como en un campo de batalla.
En
una de las tantas manifestaciones, en el ajetreo de allá para acá, en busca de
mejoras para mi país, leí una frase muy peculiar que decía: “En Venezuela no
todo es caro, la vida no vale nada”, triste pero cierto.
Ya
no se trata de si eres de una tendencia política o de otra, si eres de
izquierda o de derecha, aquí el problema es que nos estamos jugando un país,
que no podemos ser indolentes ante el sufrimiento de las madres de Bassil,
Roberto, Génesis, José, Asdrubal, Alejandro, Geraldine, Jimmy, Wilder,
estudiantes caídos en las manifestaciones, ni tampoco ante la vida de cada
venezolano que se pierde mientras el
señor Presidente, en vez de tomar decisiones razonables en cuanto a políticas
públicas, prefiere seguir cambiándole el disfraz
al circo revolucionario.
Por
ello, tras los hechos ocurridos en el país, gran parte de los venezolanos prefieren sacrificar sus vacaciones y se quedan en su playa de asfalto, y allí, apostados en la acera, con el disfraz de venezolano en resistencia, claman: Ya no más,
no más colas, no más inseguridad, no más represión, no más violencia.
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